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Por  Rafael Villate Mejía
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QUE ES LEER BIEN

Rafael Villate Mejía
Bogotá, Febrero 19, 2011



Para muchas personas, leer mejor significa leer más rápido. En realidad, la velocidad es apenas uno de los componentes que influyen en el proceso de lectura. Aún más, es pertinente sólo dentro de límites dictados por la capacidad intelectual del lector. Esto se analizará más adelante.

La lectura es un ejercicio mental. Es una actividad cognitiva. Por lo tanto, utiliza las mismas facultades mentales que cualquier otra actividad, por ejemplo tocar guitarra o jugar tennis. Requiere visualización, concentración (atención), comprensión del contexto y aplicación de la memoria. A esta lista se suma el contenido emocional que acompaña todos los actos humanos.

Cuando alguien escribe un artículo o un libro, está utilizando estas mismas facultades para comunicar un mensaje que tendrá igualmente un contenido intelectual y otro emocional. La labor del lector es recrear en su mente este contenido e interpretarlo partiendo del lenguaje escrito.

Al leer un texto, la unidad básica que se debe interpretar es la palabra. Sin embargo, una palabra aislada comunica poco o lo hace con diferentes significados. Las demás palabras que conforman la oración ayudan a precisarlo. Por sí sola, «hoja» puede referirse a un libro, a una planta o a un cuchillo. Y a su turno, muchas veces la oración requiere de más contexto para ser comprendida correctamente. Si digo simplemente «tomó esta hoja y la colocó sobre la mesa», no habré precisado de qué se trata hasta que no conozca en un contexto más amplio a qué me estoy refiriendo.

Por lo tanto, interpretar correctamente un mensaje escrito implica ser capaz de reconstruir el cuadro que ha creado el autor a base de oraciones y párrafos.  El lector comprende solamente cuando puede asociar el mensaje que comunican las palabras con el contenido de situaciones que él ya ha vivido y que existen en su memoria. En otras palabras, debe formarse una representación mental y emocional de lo que lee para darle significado a través de su propia experiencia.

A una representación mental se le denomina popularmente «visualización». Es un complejo  de elementos seleccionados y asociados consciente e inconscientemente para conformar episodios mentales que para el individuo representan el registro de una experiencia. La actividad de extraer información del mensaje escrito para asociarla con los contenidos de la conciencia requiere de atención al desarrollo de lo que se está leyendo. A esta atención sostenida a lo largo del tiempo a medida que se desarrolla un mensaje la denominamos «concentración».

De lo anterior se concluye que leer bien es comprender el contenido total de un mensaje, intelectual y emocional, para lo cual se requiere no solamente la capacidad de concentrase, de visualizar y de utilizar la memoria para  asociar lo nuevo con lo preexistente en la conciencia sino la apertura emocional para entrar en sintonía con la vivencia del autor.

Dentro de este esquema general, la velocidad desempeña un papel subordinado. La actividad mental que acompaña la lectura requiere de un tiempo variable según la experiencia y la capacidad del lector en un área del conocimiento y determina la velocidad con la cual podrá asimilar material en cada tema.